martes, 15 de marzo de 2011

En un mundo azotado por un impacto desde el espacio, los hombres jóvenes más fuertes sobrevivieron.
Las mujeres, de toda edad, raza o tamaño, yacían inertes bajo los escómbros y el fuego.

Inmediatamente los hombres fueron llevados a un lugar más seguro, donde recibirían alimento, cuidados médicos apropiados, ropa e información acerca de lo sucedido.

Aunque no era mucha la información que se les podía brindar, sin que los mismos no creyeran ni una palabra de lo oído, los militares hablaron y contestaron las preguntas hechas por los incrédulos sobrevivientes.

Cuando la nave llegó, los hombres dejaron de reir. Las burlas cesaron.



Era un nuevo comienzo.