miércoles, 13 de abril de 2011
Ay... Hay tantas cosas que querría decirle ahora mismo.
Seguramente cuando lo vea no podré decírselo.
No por vergüenza, sino porque cada vez que lo miro a los ojos y me sonríe, todo pierde sentido.
Los sentimientos me atropellan y sólo puedo decir cosas estúpidas.
O estar en silencio.
O decir cosas que no suenan del todo bien.
Si intento comunicarle lo que siento, de repente en mi garganta se acumulan todas las palabras correctas pero nunca logran salir. Por eso él nunca va a saber cuánto lo amo.
Desearía que tuviera el poder de saber lo que siento sin decirlo. O yo poder hacerselo saber sin palabras.
Es tan difícil...
Tengo miedo que mis silencios se malinterpreten.
O que no los aguante.
Quisiera que sepa que quiero estar con él para siempre. Pero, enserio.
Estar juntos sin necesidad de estar casados. Por siempre, incluso hasta después de la muerte.
No puedo decirlo sin sonar como una demente.
Y él es tan lógico.
Debe reirse a carcajadas por dentro cuando ve mis ojos rebosando de cariño, casi rozando la locura, y le digo que quiero estar con él para siempre.
Ojalá él lo sepa.
Quisiera que sepa cuánto lo amo.
Pero nunca va a saberlo.
No alcanzan las palabras en el mundo. No alcanzan las estrellas en el universo para igualar lo que siento.
Pero nunca va a saberlo.